Por: Itziar Arriola.
Seguramente te has encontrado con que si tu hijo no durmió la siesta se irrita, se pone de mal humor y hace más berrinches que nunca. La siesta es una actividad hiper-necesaria y aquí te decimos por qué y las consecuencias de no hacerla.
Desde el año y medio a los cinco años
En este periodo de tiempo, los niños solo realizarán una siesta, la de después de comer pudiéndose alargar hasta 3 horas. Lo más conveniente es realizar la siesta del mediodía al menos hasta los 5 años, ésta no suele hacerse por necesidades escolares algunas veces. Suprimirla es un error, porque según estudios científicos actuales, la necesidad de sueño durante las 13.00 y 16.00 horas persiste durante toda la vida. Sorprende que a los adultos que disponen de tiempo se les sugiere que duerman unos 10-20 minutos después de comer y que a los niños, que aún necesitan más este periodo de descanso, se les suprima. Lo más aconsejable sería permitir que hasta los 5 años se pudiera llevar a cabo la siesta en la escuela, con una duración de al menos una hora.
Es importante que los niños tomen siestas.
Consecuencias de la falta de siesta del mediodía:
Los datos científicos demuestran que cuando las siestas se suprimen, los pequeños llegan a casa agotados y/o muy irritables (otro signo de cansancio en los niños). Y que muchos de ellos se duermen antes de cenar, si se sientan delante el televisor e incluso rehúsan comer.
También se ha demostrado que la supresión de la siesta a edades muy tempranas puede generar más episodios de sonambulismo o terrores nocturnos en los niños. Esto se debe a que al irse a dormir muy cansados, los pequeños entran en un sueño muy profundo propicio para que surjan este tipo de problemas. Por el contrario, un niño que duerme correctamente, tanto de noche como de día, suele estar de buen humor, adoptar una actitud más colaboradora y realizar un mejor aprendizaje.
Consejos para una buena siesta:
1) Establecer una rutina: para los niños es sumamente importante seguir un horario y que el pequeño se acostumbre a descansar a ciertas horas del día.
2) Crear un ambiente propicio para que el niño se relaje es fundamental: Cuando llegue la hora del descanso, para irlo relajando, puedes colocarle música suave, darle un masaje, o leerle un cuento o incluso cargarlos y cantarle. También puedes mostrarle un peluche o un juguete para que tu hijo los relacione con la siesta, pues cuando haces estas actividades de forma rutinaria, es decir de la misma manera y a la misma hora, favoreces que tu hijo las relacione con que llegó un rato para descansar.
3) No es necesario que le pongas un pijama o le digas que va a dormir: Hacerlo, podría ser contraproducente tampoco es obligatorio que se duerma si no lo quiere hacer, está más que bien si consigue sosegarse un rato sobre el sofá y si se está un rato tranquilo con sus juguetes.
Ventajas de una buena siesta:
• Le ayuda a descansar mejor por la noche, ya que la siesta a media tarde le sirve para no llegar a la hora de dormir con un agotamiento excesivo, que puede alterarle y le dificulta dormir.
• Se elimina la tensión, con lo cual la mayoría de niños se levantarán de buen humor y listos para afrontar el resto del día.
• Reduce la hiperactividad y la ansiedad de los niños, según confirman diferentes estudios. Además, no dormir la siesta en la infancia está asociado a una conducta más impulsiva y a mayor riesgo de depresión y pesadillas.
• La siesta favorece el aprendizaje abstracto de los niños lo que les ayuda a la comprensión del lenguaje, es decir la capacidad de reconocer nuevas palabras y frases.
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